A la derecha tenemos una foto del creador de esta abominación, Sam Panopoulos (24/8/1934-8/6/2017). Parece un señor amable e incluso adorable, pero que no te engañe su apariencia, este hombre dedicó casi por completo su vida a llevar a cabo una venganza milenaria. Sam, que fue su apodo ya que su nombre real era Sotirios, estudió historia clásica (además de los estudios básicos) mostrando un especial interés por esa asignatura en concreto de joven en su Grecia natal, después se mudó a Canadá, donde continuó su formación con la carrera de Historia, centrándose en la mitología clásica, ya por esos tiempos sus compañeros afirmaban que notaban ciertos comportamientos extraños, una especie de ira irracional hacia Italia, ya que cada vez con más frecuencia mascullaba: "esos malditos nos copiaron a los dioses y les cambiaron el nombre, Júpiter, Minerva, Saturno, Venus... blasfemias". Terminó sus estudios y por motivos económicos montó un bar con sus dos hermanas, pero su obsesión anti-italiana se había transformado en una especie de locura revanchista, hasta que un día pensó en una venganza que perdurara en el tiempo, analizó fríamente cuales eran los símbolos internacionales de Italia, y atacó a su más conocida figura culinaria, la pizza, pensó en ingredientes que no encajaran y que convirtieran un plato tan delicioso en algo intragable, pero Sam era inteligente, sabía que con una buen nombre se acabaría popularizando, así pues, hizo una pizza clásica con jamón y le echó piña, llamó a ese engendro de la gastronomía "pizza hawaiana", y continuó vendiendola además de en el restaurante en el que maquinó su venganza, en otros restaurantes que él y su familia abrieron, de esta forma y por desgracia para el ser humano, la pizza hawaina se extendió como la peste negra, con peores resultados que ésta.